Ayer, en la semana antes del maratón de Sevilla, con mi cabeza en otras cosas me dirigí a la piscina. Me enredo a hablar con los compañeros sobre el maratón, unos me daban consejos, otros se preocupaban por que no cogiera frío,...
Aparece el entrenador, nos metemos en el agua y con apenas 150 m de calentamiento nos mete en la calle de la prueba dándonos consejos y como iba a transmitir la distancia que quedaba. Rápidamente me hago a la idea y pienso en los fallos que he cometido en años anteriores, como perder la cuenta de largos y empezar muy fuerte.
Da la salida y veo que mi compañero en los primeros largos se adelante medio metro, sé que la prueba se hace larga y poco a poco voy recortando y adelantando. Desde la calle de al lado otro compañero me espera y hace algunos largos conmigo (lo bueno que es ir sobrado), cosa que agradezco porque te da moral.
Hacia los cuatrocientos siento cargados los brazos y ya llevo una distancia de un largo con respecto al compañero, supongo que son 30 segundos. Pienso en doblarle al finalizar los 800 y aunque aprieto el ultimo 50 no consigo darle alcance por poco.
Termino con un dolor de dorsales y tríceps que no me dejan seguir el plan de entrenamiento.
Resultado 16:18
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