Después de dormir poco con el cambio horario, creo llegar tarde al ver alguno salir. Salimos tranquilos, hoy hay dos nuevos, uno que corre y otro que se queda en nuestro grupo pero le veo con ganas de correr porque siempre va a la cabeza. Nos presentamos, charlamos un poco y decidimos no parar a desayunar sino seguir hasta encontrarnos al grupo de cabeza, que por cierto nos lo encontramos ya en Colmenar.
La vuelta fue más tranquila que el primer día, ya empiezo a conocer las carreteras con lo que puedo unirme a gente que corre sin miedo a quedarme descolgado y perdido.
Los paisajes por Hoyo de Manzanares son preciosos, me acordaba cuando con menos de 18 años hice esta ruta pero viniendo desde Colmenar viejo.
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